El coral marino Sango de Okinawa (Japón), aporta una de las formas de calcio más naturales. El coral utilizado no se obtiene de los corales vivos, sino de corales fosilizados, obtenidos de los sedimentos del suelo marino, ya que por este método no se destruyen los arrecifes de corales vivos. A diferencia de otras clases de calcio, en este preparado se le añade calcio y magnesio así como vitamina D que contribuye a la absorción y utilización normal del calcio y el fósforo.